domingo, 26 de junio de 2011

1 GAVIÓN, 2 GAVIONES, 3 GAVIONES...

 Gavión atlántico (Larus marinus)
El pasado 19-6, Colindres estaba "plagado" de Gaviones y, junto al paseo, pude observar al menos a cinco de estos gigantes.
 El que aparece en la primera foto está anillado y, gracias al interés de Antonio Gutiérrez Pita, autor de uno de los blogs de referencia peninsular y especializado en gaviotas y anillas - "Gaviotas y Anillas"- podemos intuir, ya que mis fotos no lo aclaran del todo, que se trata de un individuo visto el año pasado (VERDE E.20) y que observó Juanma Domínguez en una zona muy cercana. Pertenece al proyecto de Sébastien Provost en Normandía (Francia) y, si no me equivoco, se trata de un tercer año-cal.
Lo que más gusto me ha dado de este Gavión ha sido poder contactar con Antonio Gutiérrez y ver la ilusión con que ha recibido la observación. Para las próximas no lo dudaré y se las mandaré inmediatamente.
Muchas gracias Antonio.
Gaviota reidora (Chroicocephalus ridibundus)

 Las Gavitas reidoras junto a algún Charrán patinegro descansaban en las isletas que la pleamar habían dejado descubiertas.
 Gavión atlántico (Larus marinus)
 Los Gaviones, como jefes indiscutibles del territorio, ocupaban las mejores atalayas, esos mamotretos de cemento que son alcantarillas que se habían acondicionado para el, afotunadamente paralizado, relleno de estas marismas. 
 Gavión atlántico (Larus marinus)

 Para distinguir a los Gaviones de las similares en plumaje Gaviotas sombrías hay que fijarse bien en su cabeza; el pico de los Gaviones comparado con su cabeza son masivos y el ojo aparenta más pequeño. Sus patas son rosadas - amarillas en las sombrías adultas- y si se puede comparar con otras gaviotas, son muy corpulentas.
 Gaviota sombría (Larus fuscus)
Una "delicada" sombría para comparar.
Gavión atlántico (Larus marinus)

 Bostezando me dejan con la boca abierta...
 Y al despegar se aprecia el enorme volumen de esta gaviota... 
¡¡Parece un pavo!!
 Un Águila calzada se llevó un joven estornino por los aires y, de inmediato, un par de Gaviotas patiamarillas comenzaron a hostigarla.
Nuestra más pequeña águila pasó algún que otro apuro con las patiamarillas. No quiero ni pensar lo que pasaría si el acosador fuera un enorme Gavión que, en alguna ocasión, he visto tratar de tú a tú a una también hermosa Águila pescadora. ¡¡Ésos eran pesos pesados!!

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